La                                          salutogénesis es una línea                                          de investigación que se ocupa de                                          la salud física, anímica                                          y espiritual. Proviene de la palabra latina                                          salus, salutis: salud; y de la palabra                                          griega, genese: origen, procedencia.                                        
Mientras                                          que en la medicina convencional se investiga                                          sobre las causas generales exteriores                                          de las enfermedades, este enfoque se centra                                          en estudiar como permanece el hombre sano.La                                          salutogénesis es un camino que                                          inició el sociólogo Aaron                                          Antonovsky en 1970 y encontró rápidamente                                          eco en Alemania en los discursos académicos                                          y políticos de la salud. En cuanto                                          a su práctica en España,                                          si bien es poco conocida, diversos médicos                                          han comenzado a abrirse paso en esta nueva                                          visión.
Esta                                          perspectiva tiene como objetivo llamar                                          la atención del ser humano hacia                                          las fuentes individuales y sociales de                                          la salud y de su curación.
Algunos                                          de sus cuestionamientos giran en torno                                          a los siguientes temas: ¿por qué                                          justamente yo permanecí sano, cuando                                          todos a mí alrededor presentaron                                          una infección?, ¿por qué                                          uno se contagió pero el otro no?,                                          a contramano del concepto patogénico                                          que habitualmente se cuestiona: ¿quién                                          me contagió?, ¿cómo                                          se llama el virus o la bacteria?, ¿qué                                          antibiótico me ayuda a luchar contra                                          ellas?
Según                                          ha ejemplificado el médico de orientación                                          antroposófica Florencio Herrero                                          a Noticias Positivas, en el caso de las                                          enfermedades infantiles, el enfoque salutogenético                                          sostiene que éstas ayudan al crecimiento                                          del niño.
“Esto                                          ocurre porque se favorece el desarrollo                                          del sistema inmunológico, la capacidad                                          de autorregulación y autocuración                                          y con ello, la individualización                                          física y la ‘encarnación’.                                          Por supuesto que eso no significa, que                                          en un caso dado no deba aplicarse una                                          vacuna, usar substancias que bajen la                                          fiebre o antibióticos. Pero solo                                          en el caso de una indicación dada,                                          como el de una debilidad física,                                          defectos cardíacos y similares,                                          de inanición, carencia de higiene                                          y cuidados, tal, como por ejemplo es el                                          caso en África”, ha explicado                                          Herrero.
El                                          responsable médico del Centro higiénico                                          terapéutico Puerta del Sol ha destacado                                          la importancia de que al niño “no                                          se le dificulte la confrontación                                          con otras enfermedades infantiles mediante                                          la vacunación masiva e irreflexiva”                                          pues de esta forma se le quita la posibilidad                                          de desarrollar “nuevas y enriquecedoras                                          fuerzas de resistencia”.
La                                          fiebre y el calor no son un efecto secundario                                          sino el resultado de la propia actividad                                          corporal con un objetivo y no una mera                                          consecuencia que el médico tiene                                          que combatir o aliviar. Herrero ha recordado                                          que el estudio Parsifal ha demostrado                                          como el uso de antibióticos y antitérmicos                                          “fomentan el desarrollo de enfermedades                                          alérgicas como la dermatitis atópica,                                          rinoconjuntivitis y el asma”.
Salutogénesis                                          y Antroposofía
En                                          el campo de la salud, los estudios y enfoques                                          de la salutogénesis corroboran                                          y confirman los principios de la medicina                                          antroposófica.
Para                                          los profesionales antroposóficos,                                          la salud no es algo estático sino                                          un equilibrio dinámico interior                                          entre estados vitales opuestos: vigilia                                          y sueño; reposo y actividad o alegría                                          y pena. No es la meta en sí sino                                          un medio para poder configurar positivamente                                          el mundo propio y el entorno social.
“A                                          través de una enfermedad, el ser                                          humano adquiere la oportunidad de reconocer,                                          entender y reajustar de nuevo un equilibrio                                          alterado. Las enfermedades, principalmente                                          las crónicas, pueden ofrecerle                                          la posibilidad de aprender nuevas conductas                                          y de madurar más como personalidad”,                                          ha expuesto Herrero.
En                                          la medicina antroposófica hay medidas                                          a las que el paciente se somete en calidad                                          de objeto pasivo pero hay otras en las                                          que participa como sujeto activo y que                                          complementan a las anteriores.
En                                          las patologías graves o en las                                          que conllevan un riesgo vital no se puede,                                          por lo general, prescindir de los remedios                                          alopáticos (químico-sintéticos)                                          pero cuando es posible evitarlos, se intenta                                          no reprimir los síntomas de la                                          enfermedad sino hacer hincapié                                          en activar las fuerzas de autocuración                                          para que el organismo reajuste por sí                                          mismo el equilibrio alterado.
Esto                                          se conseguirá con la ayuda de productos                                          elaborados homeopáticamente y por                                          la farmacopea antroposófica. Por                                          ello, los médicos de esta tendencia                                          ponen toda su atención en descubrir                                          qué estímulos especiales                                          requiere el organismo para poder sanarse                                          de nuevo.
DATOS                                          DE CONTACTO:
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Fuente.                                           Noticias                                          positivas
 
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